18 de Abril 2004

Lo que pudo ser y no fue...

La previsión meteorológica nos prometía lluvias, alertas rojas e inundaciones... Pero Málaga nos regaló días soleados, partidos de fútbol a pleno sol, sudores y un bronceado albañilero... Y comenzando por éste punto hoy os cuento un finde que iba a ser del modo que luego no fue... Mi ansiado día "D", el largamente esperado, el mil veces planeado a lo largo de la semana, llegó... Esa noche iba a ser un sinfín de historias, de risas, de brindis y planes sentados alrededor de cualquier mesa en cualquier bar, con Estrella, mi rubita de la sonrisa de seda, con Isa y su mirada derretida, con Estefanía cerca mía recogiendo miradas y formulando preguntas difíciles de esquivar, y con Moi una vez más en el papel de rey Midas que vuelve oro cada momento que toca… Pero nuestra terna de chicas adora hacerse desear, y como adivinando el modo en que serían aún mas largamente deseadas, prefirieron arroparnos con su ausencia mientras Midas y yo nos contábamos nuestros tres días separados, calculando la hora en Cuba, extrañando a quienes nos faltan en momentos como ése en que, hermano, faltar, es un delito… Así, se nos fue la noche, sin brindis, sin caricias de niñas y sin frases que recordar…

Así nos llegó el viernes… Amaneciendo en la cara de LaNovia, con mi tocayo en plan príncipe azul, agasajándola con caprichos y regalándole historias de amores en la voz de nuestro adorado Luís Quintana, que nos compuso una noche que salió disparada por el camino que quiso sin casi darnos tiempo a fijarnos en ella, dejándonos la resaca de un puñado de horas con Estefi, el mal sabor de las patatas asadas del único sitio que encontramos para cenar, y la decepción de comprobar que Baluarte es único en el mundo y los cordobeses la mejor compañía para una noche de concierto…

El Sábado amaneció sin ganas de reconciliarnos con nuestro plan maestro... Para quien pueda entenderlo, Ikea y la guardia de LaNovia se llevaron las luces que tuvo el Viernes… Chicas! cuánto os eché de menos!. Y así, esperándoos me quedé dormido y llegó el Domingo, que volvió a desperezarse con los bailes de LaNovia en el pasillo (Y es que no se hace de día hasta que no te despierta ella ;) ), y que, como casi todos los Domingos, trajo un triste billete de tren, una maleta cargada de ropa sucia y un viaje de vuelta que me ha dejado en el punto en que ahora estoy… Echando de menos unos días que han sido geniales por ser, precisamente, lo contrario que esperamos… por inesperados… por únicos…

Me faltáis… y no os lo pienso perdonar…

Escrito por eMe a las 18 de Abril 2004 a las 11:09 PM
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